Con los años, el hospital se amplió hacia lo alto y hacia la parte de atrás, hasta ocupar el volumen actual. Pero de todo esto no hace tantos años.
Hace apenas tres o cuatro décadas, donde hoy existe una profunda excavación y se están remodelando las estructuras abandonadas en la época de la crisis para construir un nuevo edificio entre el cuartel de la Guardia Civil y Povisa, existía un monte en el que destacaba un hermoso tilo al que se cambió de ubicación unas calles más arriba para que no estorbara al progreso. Al poco tiempo, rodeado de modernas edificaciones, aquel tilo terminó muriéndose, quizá de tristeza, y ya nadie lo recuerda.
Toda esa zona era un auténtico barrizal en los días de lluvia, y la única iluminación en la zona correspondiente el actual cruce de la Rúa Barcelona con la Rúa Tarragona, era una simple bombilla colocada en un portalámparas que se mecía con el viento. Y en el solar que hoy ocupa un enorme edificio en cuyo bajo están las consultas externas de Povisa de la Rúa Barcelona, y la cafetería El Cafetal, existía una gran casa unifamiliar rodeada de una finca. Para construir ese edificio tuvieron que dinamitar unas gigantescas rocas que impedían los movimientos de tierras. Los vecinos de la época todavía recuerdan los estruendos de aquellas cargas explosivas que abrieron el paso a una transformación de aquellos montes que ahora ya van quedando en el olvido.