La zona de O Areal, en concreto, era utilizada en otros tiempos —ya lejanos, por supuesto— como lugar de aguada de los barcos. La urbanización de la Rúa Rosalía de Castro puso al descubierto unas salinas que hoy, reconstruidas y musealizadas en los sótanos de un edificio de la mencionada calle, constituyen un atractivo para las visitas y una auténtica lección de historia de la ciudad de Vigo. Pero a esos restos que en esta ciudad aparecen por doquier también es preciso sumar las minas de agua, como la de la fotografía, puesta al descubierto en un derribo de la Avenida de las Camelias, sin contar con muchas otras que ahora forman parte de garajes y sótanos.