Estos tres vigueses eran José Carvajal y Pereira, su primo José María Posada Pereira y Joaquín Yáñez Rodríguez. Parece que a éste último se le ocurrió el nombre de la cabecera del periódico. Joaquín Yáñez fue su primer director.
En esta aventura los tres ilustrados vigueses se asociaron con el impresor Ángel de Lema y Marina (foto derecha). El «Faro de Vigo» había nacido y se subtitulaba «Mercantil, Agrícola e Industria»l.
Según el intelectual pontevedrés José Filgueira Valverde, “Vigo encuentra en el Faro su voz en el momento mismo en que se decide su suerte misma de gran ciudad”. Desde entonces Vigo y el Faro van indisolublemente unidos.
La objetividad es su mayor característica y su preocupación incluye los pueblos de la ría y del sur de Galicia. El Faro se publicaba los jueves y domingos, el precio de suscripción era de 6 reales al mes en Vigo y 20 reales por trimestre fuera de la localidad. Durante la segunda mitad del siglo XIX la prensa viguesa tenía una gran competencia, pues había otros periódicos como «La Oliva», «El Miño», «La Concordia» o «La Vanguardia» entre otros.
Unos años más tarde comprenden los propietarios del Faro que no es suficiente con la edición de dos días a la semana, pasando el 1 de junio de 1875 a publicarse martes, jueves y sábados. En este número se incluye la noticia de la instalación de alumbrado de gas por parte del ayuntamiento y la inclusión de la primera esquela mortuoria.
Ángel de Lema, que ya se había hecho con la propiedad del periódico, se da cuenta que necesita salir a la calle diariamente como ya hace «La Concordia», de ahí que adquiera nueva maquinaria y el 7 de julio de 1879 el Faro se hace diario con el título de Diario de la tarde. A partir de ese momento, Ángel de Lema deja la primera línea de trabajo en el periódico y le sustituyen sus hijos, Eladio en la redacción y Antonio en la administración. En 1881 el Faro deja de salir por la tarde y vuelve a ser matutino. El Faro siempre se ha caracterizado por su apoyo al progreso de Galicia, de Vigo y su comarca. Veamos a continuación algunas de estas campañas emprendidas por el periódico vigués.
El lazareto
La autorización para la construcción del lazareto de la isla de San Simón se había concedido mediante Real Orden el 6 de junio de 1938, debido a que cuatro años antes se había producido una epidemia de cólera en nuestra ciudad, cuyo origen estaría en la tripulación de algún barco que arribó a nuestro puerto. Hasta entonces el único lazareto que existía en España era el de Mahón en la isla de Menorca.
El lazareto de San Simón supuso la entrada de todos los barcos que procediesen de puertos infectados por alguna epidemia para que hicieran el período de cuarentena en la isla redondelana, lo que supuso una fuerte entrada de riqueza en toda la zona. Precisando un poco más, en los doce primeros años de funcionamiento del lazareto entraron 2.349 buques en el lazareto.
Esto causó la envidia de otras ciudades costeras gallegas, cuyos periódicos comenzaron una guerra sucia contra San Simón. Así, el diario El Coruñés comenzó una agresiva campaña dando noticias falsas que el Faro combatió con denuedo.
El ferrocarril
La campaña en pro del ferrocarril fue una de las que caracterizó a los editoriales del Faro en las primeras décadas de su vida. La postura del periódico no fue localista, sino que apoyó la creación de nuevas líneas ferroviarias para evitar el aislamiento de Galicia en general.
El Faro denunció la paralización que sufrían las obras y se constituyó en vigilante del progreso de las mismas. La lucha del Faro al fin dió sus frutos, ya que en junio de 1881 se inauguraba la línea ferroviaria Vigo-Ourense. El Faro celebró por todo lo alto el fin del aislamiento por via férrea y se dedicó a enarbolar otras campañas de obras públicas como la construcción del puente internacional del Miño, obra que diseñaría el ingeniero francés Gustave Eiffel.
Ahora ya podíamos ir en tren a la capital de España. El viaje comenzaba en Vigo y continuaba por Ourense y Monforte donde esperaba el tren que venía de Coruña, con lo cual el trayecto hasta Madrid se podía hacer en “solamente” 29 horas. El Faro por supuesto emprendió la lucha para que se hiciese la linea Ourense-Zamora, lo que se consiguió en 1957.
Otras campañas del Faro
Otras causas fueron las que el Faro tomó como propias, así se preocupó por la terminación de las obras de la carretera de Castilla, que los vapores de la Compañía Transatlántica hicieran escala en nuestro puerto o que Vigo contase con el muelle de hierro entre A Laxe y el Berbés.
Tambien el Faro apoyó a la industria local, en este caso la conservera, cuando el Gobierno impedía que nuestras fábricas de conservas pudiesen importar hojalata a precios competitivos sino que la recargaba con altos aranceles, para favorecer a las industrias vizcaínas que producían esta materia prima.
Sobre la preocupación del Faro sobre los asuntos locales es ilustrativa la anécdota que recuerda el periodista Hipólito León cuando se incorporó a la redacción, el propietario Ángel de Lema le aconsejó: «Escriba Vd. algo que se refiera a Vigo. Tenemos aquí tanto que hacer…».
Otras dotaciones municipales reclamó el Faro como la fundación de la Caja de Ahorros de Manuel Bárcena o la Escuela de Artes y Oficios, inaugurada en 1885 para la formación de los trabajadores.
Además apoyó la creación de una biblioteca popular, un ateneo y un nuevo teatro, esto último se plasmó con la construcción del Teatro Tamberlick, donde se celebraron los Juegos Florales de 1883 y 1884. La casa de baños La Iniciadora, que se abrió al público en 1876, fue otra de las causas apoyada por el Faro.
Línea política
El Faro de Vigo nace como un periódico de línea liberal que apoyaba el reinado de Isabel II, está en contra del atraso del carlismo y sigue la línea de Cánovas durante la Restauración. De hecho el Faro apoyó siempre a un discípulo de Cánovas como fue José Elduayen y Gorriti (derecha), diputado por Vigo entre 1857 y 1891.
Elduayen ocupó distintas carteras ministeriales, fue Gobernador del Banco de España y Presidente del Senado. Más que de derechas, se puede decir que el Faro era liberal moderado sin caer en ningún tipo de extremismo. Lo prueba la variedad ideólogica de sus colaboradores como Pablo Iglesias, Largo Caballero o Indalecio Prieto.
Durante la II República no apoya pero respeta el Estatuto de Galicia y sin embargo el galleguista Alfonso R. Castelao colabora con sus ilustraciones en Cousas da vida (abajo a la izquierda). El Faro se preocupa más por el progreso general de la ciudad y su comarca, de su trabajo, de su paz social, de su cultura o de su ocio.
En estos años convulsos todo el personal del Faro quedó conmocionado por el secuestro y asesinato del diputado en Cortes José Calvo Sotelo, colaborador del periódico. Esta muerte será el detonante del levantamiento de parte del Ejército y la consecuente guerra civil. El periódico apoya entonces al bando nacional, por ideología y porque se encuentra en Galicia, región donde triunfó la sublevación.
Durante la II Guerra Mundial el Faro está de parte de los países del Eje pero terminará la guerra del bando de los Aliados.
Visitantes ilustres
En 1904 Vigo figuró en los periódicos a nivel mundial. A nuestro puerto llegaban el 15 de marzo el Rey Alfonso XIII y el Kaiser Guillermo II para proceder a una entrevista entre ambos monarcas. Los detalles de esta entrevista los relata el perodista Gerardo Gonzalez Martín en su “Entrevista de Alfonso XIII y Guillermo II en Vigo”.
El Kaiser llegó por via marítima en el transatlántico «Koenig Albert» y el Rey lo hizo por ferrocarril en su convoy real. Con este motivo en Vigo se produjo un gran despliegue militar por mar y tierra.
El diario, expuesto en la sede de la calle Colón.
Alfonso XIII asistió a un Tedeum en la iglesia de Santa María y poco después se dirigió al puerto donde embarcó en una lancha que lo trasladó primero hasta el yate real «Giralda» y a continuación hasta un crucero de la marina alemana donde se entrevistaron ambos reyes.
Fueron dos entrevistas, una en el crucero germano y la otra en el yate del Rey. La conversación parece que giró sobre temas de política internacional.
Los ágapes tambien fueron dos, el primero en el «Koenig Albert» y al dia siguiente se celebró una comida en el yate «Giralda». Antes de eso, las dos comitivas hicieron un recorrido por la ría a bordo del cañonero Núñez de Balboa. El día 16 por la tarde el Kaiser Guillermo II abandonaba el puerto vigués con dirección al Mediterráneo. Por supuesto el Faro se hizo eco de la visita de ambos monarcas con todo lujo de detalles.
El «Giralda», yate real de Alfonso XIII.
Otra visita que también cubrió el Faro y ésta mucho más tensa, fue la de la gran flota rusa del Zar Nicolás II en el puerto de Vigo donde entró el 26 de octubre del mismo año. Esta flota al pasar el Canal de la Mancha tuvo un incidente con un pesquero inglés al que hundió de un cañonazo.
El Almirantazgo británico ordenó la movilización de su flota situada en Gibraltar hacia Vigo. La tensión entre ambos países fue máxima, y esta tensión se respiraba en Vigo. Afortunadamente las diplomacias rusa e inglesa consiguieron que el incidente quedara sólo en un susto.
Hemeroteca del diario.
El Faro se hizo eco también de la visita del escritor Julio Verne en su yate «Saint Michel III» a nuestra ciudad en 1878. Julio Verne entonces ya habia incluido a Vigo en una de sus novelas más famosas, «20.000 Leguas de Viaje Submarino». En ella Verne hace entrar el «Nautilus» del Capitan Nemo hasta la altura de Rande para aprovisionarse de las riquezas de los galeones allí hundidos en la batalla del mismo nombre.
Oficinas del diario en los años 20.
El Faro se ocupó profusamente de la noticia ya que el escritor poseía fama mundial. Verne fue recibido por las autoridades locales con todos los honores. El escritor galo aprovechó su visita a Vigo para realizar una reparación en la caldera de su yate en los astilleros La Industriosa de Antonio Sanjurjo Badía. También fue importante para el Faro la visita de Guillermo Marconi en 1929.
Directores y colaboradores
Eladio de Lema fue director durante casi cinco décadas al frente del periódico, hasta que fallece en 1928. Supo engrandecer el periódico y aumentar la tirada hasta el nivel más alto de Galicia. Le sustituye su hijo Ángel de Lema, aunque un año después deja el cargo por motivos de salud.
Llega a la dirección Manuel Otero Bárcena, destacado empresario que ha fundado una gran empresa para transportar pescado fresco a Madrid en vagones refrigerados. En 1931 el Faro de Vigo se constituye en Sociedad Anónima Mercantil con un capital de 798.000 pesetas y 798 acciones de mil pesetas.
Manuel Otero ocupa el cargo hasta 1944 en que es sustituido por Blas Agra Mancebo en una época de penurias, ya que estamos en la postguerra española y hay una gran carencia de papel.
En 1949 el cargo de director del Faro es ocupado por Francisco Leal Insua. Es escritor y poeta y coincide su cargo con la colaboración de afamados escritores gallegos como Vicente Risco, Filgueira Valverde, Otero Pedrayo o Rafael Dieste. Además se incorporan otros escritores como Álvaro Cunqueiro, Celso Emilio Ferreiro, José María Castroviejo, Angel Fole o Fernández del Riego.
Otro gran escritor gallego se une al grupo anterior, es el ferrolano Torrente Ballester que ocupa una cátedra de instituto en Pontevedra. Francisco Leal es sustituido por Manuel González Cerezales en 1961 y éste por Álvaro Cunqueiro en 1964 que estará hasta 1969 (foto inferior izquierda).
Las décadas de los 50 y los 60 suponen una época de esplendor para el Faro, los tres directores escriben y eso se nota, ya que como hemos mencionado las columnas del periódico disfrutan de un gran nivel por la calidad de sus autores.
Otros directores fueron Manuel Santaella, José Landeira Yrago o José Francisco Armesto Faginas. El Faro apoya el Estatuto de Galicia en 1980. Años más tarde el Diario de Barcelona desaparece y el Faro de Vigo se convierte en el decano de la prensa española.En 1986 la familia Lema vende el periódico a Francisco Javier Moll de Miguel.
El Faro se integra en el grupo Editorial Prensa Iberica (EPI). Con la nueva empresa los directores serían Ceferino de Blas, Julio Puente, Pedro Pablo Alonso y actualmente Juan Carlos da Silva desde marzo de 2006.
Club Faro de Vigo
El Club Faro de Vigo nació el 6 de mayo de 1992 como foro de opinión con el fin de dinamizar la vida cultural de la ciudad. El Club fue dirigido desde sus comienzos por la periodista Marisa Real.
Por el Club han pasado desde entonces multitud de personas relevantes en todas las variantes de la realidad cultural de nuestro país. Desde escritores como Vazquez Montalbán hasta Torrente Ballester, de Josefina Aldecoa a Caballero Bonald, o filósofos como Fernado Savater o Gabriel Albiac.
A la derecha, Manuel Castro, el más popular vendedor del Faro.
También acudieron directores de cine como Jaime Chávarri o José Luis Borau, o periodistas como Pedro J. Ramírez o Luis del Olmo, entre muchos otros personajes de la cultura nacional.
La empresa hoy
La plantilla de Faro de Vigo consta de unos 150 empleados en redacción, administración y reparto que sacan al día seis ediciones del periódico, a saber Ourense (1984), Pontevedra (1991), Arousa (1994), O Morrazo (1998) y Deza-Tabeirós-Montes (1999).
La administración, redacción y rotativas del periódico se encuentran en la factoría redondelana de Chapela. En 2003, celebró el ciento cincuenta aniversario con asistencia del Rey Juan Carlos. El Faro es uno de los principales periódicos regionales de España y líder indiscutible del Sur de Galicia.
Otros artículos de «El Vigo de otra época»:
Citroën. La fábrica de Pamplona que acabó en Vigo.
Manuel Álvarez e Hijos SA. Cómo salvar tu fortuna cuando todo parece perdido.
Bernardo Alfageme. De Zamora a Vigo con escale en Candás.
El Cable Alemán (D.A.T.): Vigo y el Tratado de Versalles.
Cuando Charles Lindbergh amerizó en el Miño.
M.A.R., S.A. El grupo pesquero privado más grande de España.
Reconquista: Cuando Vigo derrotó a Napoleón.
(1881-2015) Vigo: del ferrocarril a la Alta Velocidad.
Empresa Fraga de espectáculos: el imperio vigués del cine.
El helado italiano llegó a Vigo desde los Dolomitas. Heladerías Capri.
Los buques de la Mala Real atracaban en Vigo. Consignataria E. Durán.
El manantial medicinal de Troncoso. Aguas de Mondariz de Hijos de Peinador, S.A.
El Tranvía a Baiona y Gondomar. Tranvías Eléctricos de Vigo, C.A.
Julio Verne visitó Vigo y… repitió.
La hojalata hizo que Vigo se echara a la calle. La Artística S.A.
Las noticias del mundo pasaban por Vigo. El Cable Inglés.
Antonio Sanjurjo Badía, el visionario autodidacta.
El vapor «tipo Vigo» fue un gran éxito industrial. Hjos de J. Barreras.
Los «barcos de la muerte» atracaban en Vigo.
El bacalao de Terranova se descargaba en Chapela.
La gran conservera de Cangas y Bueu. Massó Hermanos S.A.
La gran factotría textil de Redondela. Confecciones Regojo S.A.
Vulcano, la gran obra de Enrique Lorenzo.
S.R.C., Antonio Alonso, Hijos: una de las grandes conserveras gallegas.
La Panificadora, la fábrica de pan más moderna de España.
Pescanova, la revolución de la pesca industrial.
Curbera, la primera conservera de grandes producciones.