La fotografía muestra una de ellas, en la céntrica Rúa Elduayen, totalmente vacía y a la espera de su reconstrucción. Además, en esta misma localización, la última remodelación de la fachada y de las escaleras de acceso a la Praza de Argüelles tampoco ha sido acertada, puesto que la mala imagen del conjunto incluso se ve acentuada con las planchas metálicas blancas —que tapan la piedra- luciendo grandes chorretones; una imagen realmente penosa para una urbe como Vigo. No se puede consentir que las edificaciones aparentemente abandonadas —pero con dueños— perjudiquen el esfuerzo por mejorar el conjunto de toda la ciudad. El Concello debería adoptar algunas medidas al respecto para evitar estos feísmos urbanísticos.