Marcial Lafuente Estefanía fue el escritor de novelas de vaqueros más famoso al oeste del río Lagares. Desde que en 1943 publicó su primera obra, ‘La mascota de la pradera’, su fama se extendió por los quioscos de toda España gracias a la viguesa editorial Cíes, fundada por el librero Eugenio Barrientos. Su colección ‘Rodeo’ fue pionera en el país en las novelas de bolsillo, que se podían comprar o intercambiar, y se consumía por miles de ejemplares, al igual que sucedía con el fenómeno ‘pulp’ en los Estados Unidos.
Autores de éxito
Pero en la editorial Cíes hubo otros autores de éxito popular, aunque su nombre haya sido menos recordado. El mejor ejemplo podría ser Fidel Prado (Madrid, 1891-1970), escritor y periodista, que como Lafuente tras la Guerra Civil encontró en las novelas baratas su forma de ganarse la vida.
Periodista en el ‘Heraldo‘
Prado había comenzado como periodista en el ‘Heraldo de Madrid’, diario liberal que dejó de publicarse en 1939, año de la ‘Victoria’ del ‘’Generalísimo’ Franco. Aquel trabajo como articulista lo combinaba con el de letrista de cuplés, género musical que estaba muy en boga ya en los años veinte.
‘El novio de la muerte’
En 1921, la cupletista Lola Montes hizo escuchar a Fidel Prado una música que había escrito el compositor Juan Costa Casals (1882-1942) y le sugirió que le escribiese una letra. De ahí salió ‘El novio de la muerte’, que se estrenó en el Teatro Vital de Málaga aquel verano y, posteriormente, en el teatro Kursaal de Melilla, donde la Montes actuó para animar a las tropas expedicionarias que combatían en Marruecos y que poco después sufrirían el llamado “Desastre de Annual”, en el que las tropas españolas sufrieron una severa derrota frente a los combatientes rifeños de Abd-el Krim.
Millán Astray
Sea como fuere, aquella letra sembrada de ardor guerrero entusiasmó a los legionarios. La Legión acababa de nacer en 1920 y a su comandante Millán Astray le encantó el cuplé, que pasó a considerarse el ‘himno oficioso’ de los legionarios.
Novelas baratas
Años más tarde, el diario en el que colaboraba Fidel Prado fue evolucionando hacia el republicanismo de izquierdas y, al término de la Guerra Civil, el autor se encontró sin otra ocupación que escribir novelas baratas, entre ellas algunas de espionaje, que firmaba con el pseudónimo F.P. Duke, tomando sus dos iniciales y modificando su segundo apellido, Duque.
Novelas de vaqueros
Fue en aquellos años cuarenta cuando Fidel Prado y Duque pasó también a ser uno de los grandes autores de novelas de vaqueros para la editorial Cíes, radicada en la calle Elduayen de Vigo y que arrasaba en ventas en toda España. Entre sus obras más aclamadas estuvieron ‘Buck, el vengador’, ‘El lobo del desierto’, ‘Los pastos sangrientos’, ‘Río Grande’ o ‘La ley del colt’. Se dice que otros autores de la editorial viguesa tenían un estilo más descuidado, porque no venían del sector. Por ejemplo, Marcial Lafuente Estefanía era ingeniero. Por eso se distinguían las novelas de Fidel Prado, de las que se cuenta que, aunque las escribía a razón de varias por mes, tenían cierta calidad literaria.
Editorial Cíes
La editorial Cíes, fundada en Vigo en 1943, pervivió hasta 1958 bajo el signo de un formidable éxito, que extendió las novelas de vaqueros como un fenómeno editorial por toda España. Desde 1949, apostaron también por la historia gráfica y publicaron tebeos como la colección del héroe ‘Máscara verde’.
Sin embargo, el mayor éxito del editor vigués Eugenio Barrientos fueron sus novelas de vaqueros. Como las que escribió Fidel Prado y Duque, autor también de la letra de ‘El novio de la muerte’, y que llegaría a ser uno de los autores más famosos al Oeste del Casco Vello.