Sin embargo, se trata de una casa de la viguesa Rúa de Santiago, que comunica el Paseo de Alfonso XII con la Rúa Cachamuiña. Y por si aún quedara alguna duda, una observación más detenida de la fotografía revela, al fondo, la existencia de los silos de la Panificadora, que sigue deteriorándose por el abandono, en contra del mayoritario deseo popular de conservar sus instalaciones como un exponente de la arquitectura industrial de la ciudad de Vigo. Pero centrándonos en la casa debemos resaltar algo muy curioso: las plantas que la decoran están protegidas por verjas, seguramente para evitar que los amigos de lo ajeno acaben llevándoselas, como hacen con las jardineras públicas que embellecen nuestras calles. Y si las alambradas no consiguieran impedir el saqueo, los ladrones se llevarían una buena sorpresa, porque las mayoría de esas plantas son de plástico.