Un grupo de amantes de la música gallega se han dado cita a las puertas de la Colegiata y con su entusiasmo ha conseguido congregar a un buen número de propios y foráneos. Nunca ha tenido tanto éxito y repercusión la música gallega como en la actualidad.
Ahora ya no se ciñe exclusivamente a los días señalados de fiesta, sino que cualquier disculpa es buena para disfrutar cantando e incluso bailando al ritmo de la gaita, del pandeiro y del tambor. Podría decirse que la música gallega es una manifestación de la alegría de vivir y el orgullo de sentirse gallegos. Si esto es así ahora, no podemos imaginar lo que podría ser con un poco de promoción por parte de las instituciones.