Posiblemente sea la consecuencia de su maduración final en las cámaras de conservación. Pero gracias a eso pueden llegar a nuestras mesas en cualquier época del año. Quien haya probado un plátano en Canarias habrá podido comprobar su delicioso sabor, su olor y su textura, y difícilmente le sentará mal. Sin embargo, un plátano de Canarias tomado aquí, en la península, ni tiene el mismo sabor, ni su mismo olor ni tampoco su misma textura. Y a muchas personas les resulta indigesto. Su maduración artificial en las cámaras no consigue obtener el mismo resultado. Esa manzana de la fotografía, caída en el asfalto directamente desde un árbol, no tiene la apariencia de las que se ofrecen en las fruterías, pero seguramente tiene un sabor, una textura y un olor incomparables. Anímese a comprobarlo un día que vaya al supermercado o a la tienda de la esquina. Tome una pieza de cada tipo de manzana entre las que se exponen y luego de olerlas se sorprenderá de que prácticamente ninguna huele a nada.