La ciudad de Vigo también tiene girasoles. Lucen en el huerto urbano de la Avenida das Camelias, donde comparten espacio con otras especies vegetales que cultivan las personas interesadas. En ese rincón sólo hay unos pocos girasoles, pero su belleza destaca sobradamente y con la particularidad de lo que se conoce como heliotropismo, la capacidad de girar hacia el sol, de ahí su nombre.
Cuenta la leyenda que cuando no hay sol, esas plantas originarias del Perú, se enfrentan unas a otras para ayudarse a recargar su energía, como si realizaran un trabajo en equipo para afrontar los momentos grises o de oscuridad.