«Guardad las actas de nuestro proceso, pues algún día será revisado y el mundo conocerá el crimen que con nosotros se comete», dijo Enrique Heraclio Botana ante su pelotón de fusilamiento en Pereiró el agosto de 1936. No fue el único ejecutado aquel triste día en Vigo. También el alcalde socialista Emilio Martínez Garrido o los diputados Antonio Bilbatúa Zubeldía e Ignacio Seoane Fernández.
Fue una jornada negra en un año negro para la historia de la ciudad. Aquel año fueron fusilados también Apolinar Torres (presidente de la Casa do Pobo, militante socialista y miembro da UGT), Ubaldo Gil Santóstegui (concejal vigués), Ramón González Brunet (funcionario de la Casa do Pobo, militante socialista y de UGT). La misma suerte corrió José Antela Conde, alcalde de Lavadores, y otros como Enrique Blein Budiño, que fue condenado y falleció abandonado en el Hospital Municipal con un cáncer de estómago.
Todos ellos había tomada parte activa en la vida política de la ciudad durante el primer tercio del siglo y acabaron condenados en juicios sumarísimos en los que la mayoría no pudieron defenderse de la acusación de traición.
Enrique Heraclio Botana (de pie) y Emilio Martínez Garrido, en la Agrupación Socialista de Vigo.
Heraclio Botana era medio hermano de Manuel Portela Valladares. Nació en Pontevedra y trabajó como tipógrafo en Vigo, siendo uno de los fundadores de UGT y presidente de la Agrupación Socialista de Vigo. Director del diario Solidaridad desde 1901 y organizador de la huelga de tipógrafos de 1905, Botana fue elegido en 1913 concejal en Vigo por el PSOE.
Presidente de la Casa do Pobo, en 1931 fue uno de los políticos y sindicalistas que proclamó la Segunda República en Vigo y poco después fue diputado por la provincia de Pontevedra en las elecciones a Cortes Constituyentes de 1931, pero se apartó de la política con la radicalización de su partido y la revolución de 1934.
El golpe de Estado del 18 de julio de 1936 lo sorprendió en Vigo, donde formaba parte del comité del Frente Popular. Fue arrestado, juzgado y ejecutado.
Como cada año, el alcalde de Vigo, el secretario gallego Gonzalo Caballero y los concejales socialistas, acompañados por representantes del sindicato UGT, familiares y amigos, realizaron una ofrenda floral en el cementerio civil de Pereiró. El homenaje se realizó en la sepultura de Heraclio Botana para hacer cumplir su último deseo, para que todo el mundo conozca el crimen que entonces se cometió.