Hasta el día 21 de diciembre no entra el invierno, y el otoño, con sus agradables colores, sigue haciendo honor a una imagen poética. Ahí tenemos esos árboles caducos que van mudando su imagen y cuyas hojas forman una estampa que a muchas personas les parece mucho más colorista que la de la primavera. Los colores son variados y abarcan los marrones, los verdes, los amarillos, los margentas…
Y destacan árboles como el acer; la jacaranda, con su color violeta; la chorisia speciosa, conocida como el árbol de la lana, árbol botella, o palo borracho; el Cercis siliquastrum, que trajeron a Europa los cruzados y que también es conocido como árbol del amor. Sin olvidar los frutales de hoja caduca como el avellano, la higuera, el kaki, el almendro, el melocotón… Y el plátano de la sombra (platanus hispanica), porque en otoño, ya a las puertas del invierno, también brilla el sol.