En muchas otras calles resulta habitual el tendido de ropa en las ventanas y balcones e incluso el sacudir las sábanas y las alfombras por las ventanas, sin importar las molestias que ocasionen a las personas que pasan por debajo y la falta de higiene que conlleva ese acto. Esto es la consecuencia de una actitud incívica de quienes no piensan en los perjuicios de los demás y de la población donde viven y, también, de la ignorancia con respecto a las cuestiones más básicas de la higiene. El Concello, por su parte, debería adoptar las medidas que establecen las ordenanzas municipales para evitar estas imágenes penosas que no benefician, precisamente, a la ciudad.