Al mismo tiempo, un señor mayor, a la derecha de la imagen, cruza por donde no debe, fuera del paso de cebra, sin importarle el peligro del tráfico, pero demostrando que sí le importa, en cambio, la lluvia intensa, puesto que también lleva un paraguas. Lo único que permanece impasible en un día tan desapacible y con tanta lluvia es la estatua que está en el medio, construida por Guillermo Steinbrüggen con múltiples piezas metálicas soldadas. La estatua es conocida como Monumento al Herrero (Monumento ao Ferreiro), y está dedicada a los trabajadores del sector del metal, cuya actividad nunca cesa aunque llueva.