La fotografía está tomada desde la autopista AP9 y muestra un enorme incendio acontecido en uno de los días más caluroso de este verano de 2021. La imagen produce una enorme tristeza porque los incendios tienen graves consecuencias medioambientales, devastadoras. Nadie duda que la inmensa mayoría de ese tipo de incendios son provocados por obra del ser humano, por absurdos intereses, nunca justificables.
Sin duda, esos incendios demuestran que prevalecen los intereses personales —a veces la locura— frente a la cultura ecológica, frente al respeto por la naturaleza y por unos montes que, sean privados o colectivos, nos influyen en nuestras vidas aunque sólo sea por sus factores regenerativos del aire que respiramos.
Deberían imponerse castigos ejemplares, pero también debiera intensificarse la educación medioambiental a edades tempranas, porque la educación también es un medio de luchar eficazmente contra el fuego, aunque sea a largo plazo.