Es muy difícil arrancar un cubo de cemento anclado al suelo. Pero la imagen, tomada en la Rúa Escultor Gregorio Fernández, de Vigo, demuestra que hay quienes son capaces de realizar semejante hazaña, y seguramente sin utilizar herramientas. Sin embargo, el mérito queda relegado a un segundo plano porque el acto constituye una gamberrada injustificable e intolerable. Claro que no es la única gamberrada en una ciudad tan grande como Vigo, pero, en líneas generales, la ciudad olívica puede presumir del respeto ciudadano por el mobiliario urbano.