Fray Pedro Romero, famoso caudillo franciscano que, desde la ocupación de Vigo por los franceses, no cejó en su empeño de combatirlos a través de los pueblos y aldeas de Galicia, llega a la villa de nuevo, al frente de un batallón de 872 soldados, organizado por él, armado y municionado, con escuadra de tambores, botiquín de campaña, 1.300 ferrados de cereales, algunos caballos y una caja con 165.910 reales de vellón. Desde aquí puso todo ello a disposición de la Intendencia de A Coruña. Le acompañaban sus hermanos de religión, también pertenecientes a la comunidad de Santa Marta, Fray Antonio Juan Martí y Fray José Reguera.
Mientras tanto, Ney, aplastado en Pontesampaio, se halla en situación comprometida, casi envuelto por las divisiones del Marqués de la Romana y del Conde de Noroña, pues Soult había ordenado al general Fournier, gobernador de Lugo, que evacuase la ciudad, llevándose a los enfermos y heridos, señal evidente de que ya no intentaba recuperar la plaza. En esta situación, Ney no tuvo más alternativa que retirarse de Galicia silenciosamente. En Pontesampaio había tenido el ejército francés 894 muertos y 3.600 heridos, que en gran parte quedaron abandonados, así como abundante impedimenta, por no dificultar la precipitada huida. No obstante, tuvieron tiempo de incendiar las cuatro casuchas de la orilla norte que habían quedado en pie.
Entre el día de ayer y el de hoy ingresaron en los hospitales de Vigo, unos 700 heridos, que fueron solícitamente atendidos, con los solos recursos humanos y materiales de la población, ya que la Regencia apenas podía auxiliar en esta labor.
10 de junio de 1809. Xosé María Álvarez Blázquez. «La Ciudad y los Días. Calendario Histórico de Vigo» (Editorial Monterrey, 1960).