Y en la fotografía observamos a una chica transportando una de esas plantas cual si fuera un estandarte, ahora que ha terminado el verano, pero con un otoño que no consigue desplazar una canícula que ya no le corresponde. Lo que no llegamos a saber es si la planta era natural o artificial, en unos tiempos en los que todo se imita de tal manera que, en ocasiones, resulta muy difícil distinguir el original de la copia.
Por lo pronto, nos hemos preguntado cuál habrá sido el destino final de una planta que ha tenido un lugar privilegiado en el cine y en la literatura.