Es cierto que no resultará fácil llegar a un acuerdo de todas las partes implicadas, pero es preciso realizar un esfuerzo y conseguirlo cuanto antes, de modo urgente, porque toda la estructura de lo que representa una arquitectura industrial y singular de la ciudad de Vigo amenaza con derrumbarse; basta con observar la chimenea, totalmente resquebrajada, con grietas que recorren toda su altura y ladrillos que van desprendiéndose un día tras otro por el efecto del viento o de las gaviotas, que se posan en lo más alto para otear la ciudad que no sabe conservar lo que otras ya hubieran recuperado hace muchos años.