La Praza das Apertas, en el cruce de Peniche, en la ciudad de Vigo, fue diseñada por Antón Pulido, uno de los pintores gallegos con mayor proyección internacional. La plaza ocupa el lugar de unas antiguas construcciones donde antaño estuvo ubicada una oficina del Fielato, y aquellas pequeñas casas formaron un incómodo tapón urbanístico durante años. La actuación urbanística promovida por el Concello de Vigo modificó todo ese entorno y resultó muy acertada.
La plaza actual constituye un baño de energía positiva para quienes reparan en sus formas y en su colorido; es uno de los puntos más bellos de la ciudad olívica. Sin embargo, el conjunto de la plaza merece un retoque porque la pintura ha ido perdiendo intensidad en algunas zonas. Es preciso hacerlo cuanto antes.