En la ciudad de Vigo van vallando las barandillas de los miradores más espectaculares y luego, sin explicaciones, mantienen las vallas indefinidamente de tal modo que llegan a formar parte del conjunto. Eso es lo que ocurre en el Paseo de Álfonso XII y ahora, también, en el parque de A Guía, lugares muy frecuentados por los foráneos.
Por supuesto que las cosas se estropean, pero lo normal es proceder a su arreglo y retirar esas incómodas y antiestéticas vallas a la mayor brevedad. La ciudad de Vigo va a llenarse de forasteros con la campaña de Navidad y la iluminación, y esas vallas no ayudan, precisamente, a dar la imagen que todos deseamos.