En 1774, un militar británico, el mayor Hew Whitefoord Dalrymple, apareció en Vigo para realizar una de las primeras grandes crónicas sobre la ciudad realizadas por los viajeros de la Ilustración y del Romanticismo. Llegado desde Santiago de Compostela, el militar elogiaría la importancia del puerto de Vigo y la que califica como “una gran ciudad pesquera”.
“Esta es una gran ciudad pesquera. Hay pescado en gran abundancia, y tan barato, que por un cuarto pude comprar un centenar de sardinas, que son tan grandes como peces espada”, escribe Dalrymple en su narración.
El mayor escocés critica la llamada British Expedition to Vigo, en la que las tropas británicas arrasaron la villa en 1719 bajo el mando de Lord Cobham, provocando una auténtica carnicería entre la guarnición de O Castro: “Los estragos causados por los ingleses en 1719 son aún visibles; y los habitantes aún no se han repuesto de las pérdidas. Me sentí avergonzado al oír hablar de los actos licenciosos cometidos por mis compatriotas, que aún se mencionan con horror: robaron, violaron y prendieron fuego a las casas: tales pruebas de crueldad son indignas de su carácter: realmente tales métodos de hacer la guerra son miserables; destruir la propiedad y llevarse las pequeñas pertenencias de unos cuantos individuos ni persigue la gloria de la nación ni lleva los negocios a buen fin; es solo el modo de llegar a las maneras disolutas de piratas y bucaneros”, escribe en su obra “Travels through Spain and Portugal, in 1774; with a short account of the Spanish expedition against Algiers, in 1775”.
España castiza
El investigador Roberto Fuertes-Manjón, de la Midwestern State University, en una monografía publicada en 2004 sobre los viajes del mayor Hew Whitefoord Dalrymple, destaca que escribe “siguiendo fielmente los presupuesto ilustrados, es decir, ignorando todavía esa tendencia neorromántica -ya imperante a finales de siglo- que muestra una España castiza, apasionada, exótica y africanizada que tiene a Andalucía como su centro”.
En Galicia, hace observaciones sobre la pobreza de construcciones como las pallozas, que se encuentra a su entrada en el país, así como de los jornaleros que van a la siega a Castilla, y que se encuentra en su camino.
Astilleros de Ferrol
El militar británico llega con la intención profesional de informar sobre los astilleros de Ferrol y la Academia Militar de Ávila, aunque finalmente acaba haciendo un retrato del país, narrado como un diario que comienza en Gibraltar el 20 de junio de 1774 y termina en el mismo enclave cuatro meses después, tras recorrer Córdoba, Madrid, Ávila, Ferrol, Santiago, Vigo, Coimbra, Lisboa, Évora y Sevilla.
Dalrymple regresará a la península Ibérica años más tarde, para participar en la Peninsular War contra Napoleón, con un papel destacado en la batalla de Sintra, en Portugal.
«El más excelente puerto»
Sobre Vigo destaca que es “el más excelente puerto” y el viajero elogia la seguridad que proporcionan a la ría las islas Cíes: “Está defendido en su entrada, situada entre tres y cuatro millas, de la violencia del Atlántico por las islas de Baiona”. Darlymple destaca que “en la parte norte y en la parte sur hay pasajes para grandes barcos, mientras que pequeños navíos pueden pasar entre ellas”.
El viajero, probablemente en su condición de espía, informa también de que no hay fortalezas de importancia en toda la ría, salvo algunas “que están en ruinas”, por lo que se puede “echar el ancla frente a las islas de Baiona con total seguridad” y hasta la ciudad de Vigo “no hay fuerte ni nada que temer”.
Por otra parte, informa de que hay tropas acuarteladas en el castillo de O Castro pertenecientes al Regimiento de Toledo, mientras que otra parte de la misma guarnición se reparte con la vecina ciudad de Tui. “Dejando Vigo por una muy mala carretera sobre una montaña, llegamos a las orillas del Miño, con campos de maíz y vino”, termina su texto el autor tras abandonar la villa. Es la crónica del mayor Hew Whitefoord Dalrymple, un cronista pionero del antiguo Vigo del siglo XVIII.