¿Qué está pasando con las instalaciones de la ETEA? Esa es la pregunta que cualquiera puede hacer sin crispación o sin acritud, como decía un famoso político. Esa es, al fin y al cabo, la pregunta que se hace toda la ciudadanía viguesa, que sigue contemplando como se van desmoronando esas instalaciones.
Quizá la culpable sea la Xunta de Galicia, quizá el culpable sea el Concello de Vigo, quizá, quizá… En realidad, la ciudadanía no lo sabe con certeza porque cada parte esgrime sus propios argumentos.
Para dirimirlo, lo mejor sería que ambas partes se enfrentaran en una mesa con luz y taquígrafos para que sea la propia ciudadanía la que juzgue la situación y saque sus propias conclusiones.
Mientras tanto, la ETEA, esas extraordinarias instalaciones que antaño estaban cuidadas con primor, ahora están desmoronándose. Será porque todo eso es pólvora del rey y a los políticos no les toca su propio bolsillo. Una vergüenza.