Esta pequeña casa era la estación del tranvía que llegaba desde la ciudad de Vigo hasta Peinador. La estación, propiedad de Tranvía de Mondariz a Vigo, S.A., estuvo en servicio hasta el año 1964. Años más tarde de desaparecer el servicio del tranvía, el ayuntamiento de la época cedió el uso de la caseta para una peluquería. Se trata de un pequeño edificio, pero cargado de historia, como también lo estaba el de la estación de Tameiga, que fue vendido por la compañía Tranvía de Mondariz a Vigo, S.A., para instalar el acreditado restaurante Casa Alfredo, en Mos.
El tranvía de Peinador era muy utilizado. Los domingos y festivos, numerosas familias viguesas lo utilizaban para ir a dar un paseo por el aeropuerto de Vigo, aún en sus inicios. La torre de control y la terminal eran diminutas en comparación con las actuales, y a su lado existía un pequeño hangar del Aeroclub en el que se guardaba una avioneta que era utilizada para clases de vuelo, con las alas de lona recubriendo la estructura de su esqueleto.
En aquellos tiempos de los años sesenta, el ambiente de Peinador era muy tranquilo y familiar, sólo rompía el silencio el ruido de los motores de hélice de los aviones Fokker, cuando la climatología les permitía aterrizar o despegar. Los visitantes domingueros acostumbraban a comer, por ejemplo, un buen cocido en El Pino Manso, o en otros restaurantes de la zona, algunos de ellos todavía en activo. Después paseaban relajadamente por los alrededores o por una pista de aterrizaje que aún no estaba vallada. En esos años, las pocas personas que viajaban preferían hacerlo en coche o en tren, ya fuera por miedo al avión o por el elevado coste del pasaje, y los vuelos semanales eran muy contados. Pero la caseta del tranvía, como puede verse, aún sigue en pie.