El restaurante Silabario, en lo alto de la sede del Real Club Celta de Vigo, constituye una experiencia culinaria con el grado de excelencia en todos los sentidos.
Los comensales acceden a través de un ascensor exclusivo que asciende directamente desde la entrada en planta baja, en la Rúa Príncipe. Cuando se abren las puertas se atraviesa un pequeño recibidor donde está el guardarropa, y luego se entra en una gran sala ubicada bajo una gran cúpula acristalada y construida con vigas de acero entrecruzadas, que permite observar una gran parte de la ciudad y su ría desde lo alto.
El espacio comedor es muy agradable y no resulta en ningún momento agobiante. En un extremo está la cocina, con paredes acristaladas que permiten observar el ritmo trepidante y a la vez jerárquicamente ordenado del equipo de restauración.
Los comensales son atendidos en todo momento con enorme amabilidad y sin agobios, cuidando todo tipo de detalles. Incluso el propio chef visita regularmente todas las mesas para explicar el proceso de elaboración de los diferentes platos. El maridaje ofrecido es perfecto y la conclusión general se resume en menús de enorme calidad, variedad y originalidad, todo ello en un ambiente selecto y con un perfecto servicio.
Finalmente, se concluye que la visita al restaurante Silabario, galardonado con una estrella Michelín y un Sol Repsol, es muy recomendada para vivir una experiencia gastronómica incomparable con varias opciones que justifican sobradamente su precio, una excelencia culinaria que sólo se comprende cuando se experimenta personalmente. Sin duda, vale la pena.