En octubre de 1702, el Rey Sol encajó en la ría de Vigo una dramática derrota naval, que le hizo perder en la batalla de Rande el grueso de su armada de guerra. Cuando el almirante Chateau-Renault vio arruinada su flota, a manos de una escuadra combinada anglo-holandesa, ordenó quemar las naves y los franceses perdían tres fragatas y quince navíos, entre los que se contaba su buque insignia: ‘Le Fort’.
Aquella batalla, celebrada en el Reino Unido como The Battle of Vigo Bay, que llevó a bautizar como Vigo Street una céntrica calle de Londres, fue un golpe durísimo para Luis XIV y también para su nieto Felipe de Anjou, el futuro Felipe V, primero de la dinastía Borbón en España. Catorce galeones comerciales españoles se perdían también en la ría de Vigo, disparando así la leyenda de unos fabulosos tesoros sumergidos que inspiraron expediciones de rescate a lo largo de los siglos, incluyendo la visita literaria del Nautilus del capitán Nemo, en la novela ’20.000 leguas de viaje submarino’, de Jules Verne.
Pero Francia no tenía tiempo para digerir aquel duro golpe, porque la Guerra de Sucesión no había hecho más que empezar. Así que también comenzó una campaña de propaganda para edulcorar los daños, elevar la moral general y seguir luchando. Y es aquí donde entra en juego esta curiosa medalla que descubrimos en el National Maritime Museum de Greenwich, cerca de Londres. Se trata de una moneda apenas conocida sobre la batalla de Rande.
La pieza fue acuñada en el año 1703 y en su anverso aparece un hombre tocado con un pelucón propio de la época. Se trata de Luis Alejandro de Borbón, conde de Toulouse, hijo bastardo del Rey Sol y almirante de Francia. Aunque no participó en la batalla de Rande era por su cargo el responsable de la armada y, en último término, del desastre de la escuadra de Chateau-Renault.
Pero lo interesante está en el reverso. Aquí vemos grabado un ave fénix con las alas extendidas sobre un mar en llamas. La leyenda dice: “’SUO VIM SUMET AB IGNE’, que significa “Tomará fuerza del fuego que lo consume”. De este modo, Luis Alejandro de Borbón quiere transmitir a sus paisanos que la derrota en Rande es una batalla, pero no la guerra. Y reclama inspiración en los buques incendiados en Vigo para que, como el ave fénix, Francia resurja de sus cenizas y enfrente al Reino Unido y a su coalición antiborbónica.
En realidad, esta medalla es una auténtica rareza. Las más conocidas son las realizadas por holandeses e ingleses, en las que celebran la victoria. Entre ellas, se cuentan las famosas monedas de cinco guineas acuñadas en Inglaterra por orden de la reina Ana. Llevan el nombre de la ría de Vigo y se cuentan entre las más preciadas entre los numismáticos en el mundo. En su anverso aparece la palabra ‘VIGO’ y fueron acuñadas en 1703 en Londres, bajo la supervisión del científico Isaac Newton. Ahora son una singular pieza de coleccionismo: la última de oro fue subastada en la casa Bonnington en noviembre de 2016 y se pagaron por ella 330.000 euros. Aunque es posible encontrarlas en plata por un precio alrededor de los 2.500 euros.
Dos de estas históricas monedas pueden verse en el Museo del Mar de Galicia, en Vigo. Ambas son en plata, más comunes. Porque apenas fueron acuñadas 20 monedas de oro, de 42 gramos cada una y con un valor de cinco guineas. Solo quince de ellas están actualmente localizadas. Por el contrario, las monedas de plata son mucho más baratas. Más de cien veces más económicas.
Como curiosidad, estas piezas fueron acuñadas cuando Isaac Newton era el director de la Casa de la Moneda de Inglaterra. Encontramos los documentos firmados por Newton en la Biblioteca Británica. En ellos, el científico va haciendo la contabilidad del tesoro de Vigo que incluye oro, plata y piezas de a ocho, junto con objetos variados producto del saqueo como “bandejas doradas afiligranadas, copas de coco con pie de plata, pistolas españolas, un plato dorado de iglesia o dos imágenes con pedestales en caja de cuero”. El 15 de febrero escribe un segundo informe, que incluye un tesoro que viajaba en otro galeón, “siendo parte de la plata apresada de Vigo”.
Lo curioso es que, al tiempo que se acuñaban estas monedas en Londres, y medallas conmemorativas en los Países Bajos, en Francia Luis Alejandro de Borbón también vio oportuno fabricarlas, incluso en la derrota. Como es el caso de esta rara medalla del ave fénix que encontramos ahora en el National Maritime Museum de Greenwich.
Como anécdota, en efecto Francia resurgió de sus cenizas unos años después, también contra el mismo almirante inglés de la batalla de Rande, George Rooke. En 1704, en la batalla naval de Vélez-Málaga, el conde Toulouse se imponía a los ingleses, en una acción confusa pero que dejó muy tocada a la flota británica y le costó todos sus cargos a Rooke. Así que no le fue mal a Luis Alejandro de Borbón con su curiosa medalla del ave fénix que hoy rescatamos aquí.
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