Era una de las mejores fábricas de loza de España y del mundo, un orgullo. Todavía se recuerda cuando Manuel Fraga, como Presidente de la Xunta de Galicia, inauguró un horno de muy avanzada tecnología que no debía apagarse por su complejidad para volver a ponerlo en marcha. Aquella inauguración, que figura en las hemerotecas, fue una de las más importantes de los mandatos de Manuel Fraga al frente de la Xunta de Galicia.
Pero, con los años, la fábrica de Cabral comenzó a tener serios problemas y terminó cerrando sus puertas, igual que la factoría de Coruxo y la de Pontesa. Ahora están todas en ruinas y su imagen nada tiene que ver con el esplendor de antaño. El terreno en el que estaba asentada la fábrica de Cabral, en la Rúa Ramón Nieto, tiene una gran superficie y, por lo tanto, un enorme valor inmobiliario.
Desde su cierre, el tiempo ha ido pasando y en la actualidad el valor ha ido aumentando de modo considerable; ahora es una ruina de enorme valor. Mientras tanto, de aquella fábrica sólo queda la huella que se observa en la fotografía.