La imagen habla por sí sola. Es algo inadmisible, pero real en los tiempos que vivimos. Estamos en el siglo XXI, llenos de modernidad, sin embargo, algunas personas demuestran que no evolucionan con el paso del tiempo y que permanecen estancadas en épocas a las que nadie -o casi nadie- desearía volver. El mural representa una serie de mujeres singulares que en sus vidas no lo tuvieron nada fácil, sobre todo por su condición femenina.
Los autores de los borrones son, sin duda, unos individuos que no merecen otro calificativo menor que el de trogloditas. Se han dedicado a pintorrear esas imágenes del grafiti demostrando no tener ningún respeto por los demás y mucho menos por las mujeres, además de tener, en cambio, un enorme complejo de inferioridad.