Quizá resulte un poco exagerada la frase de quedarse sin casa, pero sí es cierto que la llamada “Casa de la Juventud”, de Vigo, está cerrada hasta nuevo aviso, tal como reza el cartel de su puerta principal. A través de la verja que linda con la Rúa López Mora puede verse perfectamente esa construcción que hizo soñar a tantas niñas y niños vigueses como si fuera una casa de los cuentos. La construcción se remonta a 1913 y fue diseñada por el arquitecto Franco Montes para utilizarla como chalé particular. Con los años, y con el fin de conservarla, pasó a ser de propiedad pública, destinándola a Casa de la Juventud. Esperamos que el cierre tan solo sea transitorio por motivos de mantenimiento o de organización y no obedezca a motivos de recortes. La utilidad de la Casa de la Juventud es indudable, sin embargo, le falta una promoción adecuada porque muy pocas personas saben realmente las posibilidades que ofrece.