Antaño se acostumbraba a dejar la llave bajo el felpudo o bajo alguna maceta. Todo el mundo lo sabía, pero lo respetaba, salvo los amigos de lo ajeno. Sin embargo, los tiempos avanzan y ahora, entre otras opciones, existen pequeñas cajas metálicas provistas de cerradura con combinación para guardar la llave con mayor seguridad.
Ahí la vemos, en esta fotografía tomada en una céntrica calle de la ciudad de Vigo de la que omitimos la ubicación concreta por razones de seguridad. Y hasta resulta más estético y limpio. E incluso combina muy bien con los demás artilugios tradicionales como el petador y el tirador. Todo ello pintado con unos agradables colores para que quienes entren por la puerta lo haga de buen humor.