Aquellas eran fotografías en blanco y negro o de color sepia que el fotógrafo entregaba al cabo de unos días, luego de apuntar los datos del cliente. Y el aspecto de la calle era muy parecido al de ahora, aunque los locales albergaban establecimientos que ya han desaparecido como consecuencia del progreso. Quienes vivieron aquellos tiempos recordarán, sin duda, la cafetería Flamingo, los Almacenes El Príncipe, la cafetería El Príncipe, la camisería Industrial Viguesa, la confitería Las Colonias, la zapatería infantil Chavalín, la zapatería Layton, la papelería Barrientos…, y Castro haciendo equilibrios como en la estatua que le recuerda, vendiendo los periódicos a la puerta de Almacenes Alfredo Romero. Al cabo de varias décadas, la lluvia sigue mojando la calle, igual que antaño, pero no consigue borrar todos esos recuerdos de la memoria colectiva viguesa.