La luz delata la vida que existe tras sus visillos y sus cristales contrastando con la oscuridad que se rompe con las luminarias que tintinean en la orilla distante, allí se presumen otras viviendas donde la vida palpita del mismo modo, otras madrigueras donde los habitantes se cobijan de la noche y unas instalaciones industriales y portuarias que no detienen su actividad aunque se haya puesto el sol. La noche, sin duda, también ofrece visiones singulares.