Actualmente están de moda los gimnasios, las clínicas estéticas, las tiendas gourmet, las de alimentos ecológicos, y ahora comienzan a proliferar los establecimientos dedicados al arreglo de prendas de ropa y los especializados en el arreglo de las uñas femeninas. Estos últimos negocios ofrecen uñas de porcelana, uñas francesas, uñas postizas, y múltiples variedades que decoran y prolongan el habitual cuidado de las manos y de los pies. Sin embargo, la tecnología de la belleza aún no ha alcanzado la sabiduría de la madre naturaleza, y las uñas, una vez arregladas, continúan creciendo y, tarde o temprano, van dejando a la vista la base sin pintar, tal como puede observarse en la fotografía. O quizá sea que el verdadero negocio consista, precisamente, en que la clienta tenga que volver de vez en cuando para arreglarse de nuevo las uñas y luego tenga que pasar por caja.