En la viguesa calle Placer, escondido entre unos arbustos del ribazo colindante con lo que queda del maltrecho castillo de San Sebastián, existe la entrada de lo que parece un pasadizo. Posiblemente fuera utilizado como un acceso secreto al interior de las murallas cuando la ciudad de Vigo ni siquiera llegaba a las inmediaciones de esa fortificación. Como quiera que sea, alguna persona ocurrente ha colocado en la entrada un enorme cartel con la imagen de una mujer que parece venir del interior de ese misterioso pasadizo, como si ella, con el rostro oculto por unas gafas negras que impiden su identificación, trajera alguna valiosa información del pasado de nuestra ciudad.