Ha aparecido esta cabeza de muñeca entre los setos que adornan una céntrica calle de la ciudad de Vigo. No sabemos cómo habrá llegado hasta ahí. Es posible que al término de la niñez alguien se deshiciera de los juguetes que le sirvieron para soñar en el pasado, o que la muñeca se hubiera roto en un día de berrinche y luego, de un modo incívico, tiraran los despojos desde la ventana.
También puede ser que pretendieran darle un poco más de humanidad a esas jardineras que ponen una nota de color a la vorágine urbana, o simplemente salvarla del camión de la basura. Sea como fuere, esperamos que no sea un mal presagio porque lo cierto es que la imagen resulta un poco inquietante.