Durante el puente de San José las calles se han llenado de forasteros, muchos de ellos con la cámara colgada del cuello o del hombro para inmortalizar los rincones y los momentos que luego servirán para recordar la estancia y, seguramente lo más importante para nosotros, publicitar las bondades de la ciudad de Vigo y de su entorno. El tiempo nos ha acompañado, sin duda, desmitificando las eternas lluvias y temporales que algunos -quizá interesadamente- achacan a estas latitudes. Así es, que cada vez estamos más acostumbrados a esa convivencia diaria con el turismo. Mientras tanto, como se observa en la fotografía, la música sigue sonando incluso con la percusión en los pies.