La imagen habla por sí sola. La fotografía está tomada en la ciudad de Vigo, pero podría haber sido en cualquier otra población española. Desde hace años existe la obligatoriedad del uso del cinturón de seguridad. Para recordarlo, los coches actuales ponen de manifiesto la falta de cinturón advirtiéndolo mediante una luz roja y un pitido estridente.
A pesar de ello, algunas personas prefieren evitar su utilización porque dicen que les resulta molesto, así como la luz y el pitido. La solución es sencilla: compran en un chatarrero un cinturón de la misma marca que su coche, le quitan la cinta, y se quedan con la pinza, que colocan como se ve en la imagen. De este modo, ni se enciende la luz, ni se oye el pitido, y se evita la molestia del cinturón. Pero estaremos de acuerdo en que es una temeridad y una tremenda irresponsabilidad. Allá cada cual.