En enero de 1929, Vigo celebró por primera vez una cabalgata de Reyes. Fue una iniciativa de la Asociación de la Prensa y se convirtió en un éxito inmediato. Además, aquel año se celebró un gran festival benéfico en el teatro Tamberlick y, finalmente, un reparto de juguetes que reunió a una “muchedumbre de niños pobres” que hicieron cola durante toda la tarde del día 6 en la Estación Marítima para recibir los regalos traídos por los magos de Oriente.
La llamada “cabalgata alegórica de los Reyes magos” salió aquel 5 de enero de 1929 a las cinco y media de la tarde desde la calle Areal para recorrer luego García Barbón, Policarpo Sanz, Porta do Sol, Príncipe, Eduardo Iglesias y Progreso. Al llegar a la plaza de Urzaiz, la marcha bajó desde la plaza de Urzaiz por Colón hasta disolverse de nuevo en Areal. Así era el orden de la comitiva: “Heraldos a caballo; banda de cornetas y tambores de los exploradores vigueses; portadores de farolas; Reyes Magos, a caballo, con servidores; y carroza de los Reyes Magos”. Cerraba la ilustre comitiva la banda municipal de música, amenizando la marcha. El periodista destaca a una especie de bellísimas odaliscas que seguían a Melchor, Gaspar y Baltasar: “por si pareciesen poco brujos, iban seguidos por las encantadoras mujeres de sus reinos”. La prensa publicó fotos de los Reyes a caballo, “que llegaron para alegrar los corazoncitos de los niños pobres”.
El éxito fue absoluto. Según El Pueblo Gallego, “su paso constituyó un verdadero acontecimiento. Grandes masas de gente se agolpaban en todo el recorrido y desde los balcones caritas infantiles asomaban estremecidas de curiosidad”. El periodista concluye que fue “una ráfaga de ilusión, digna de ser repetida en años sucesivos”. Desde luego, la idea prendió hasta nuestros días.
Además de ello, el teatro circo Tamberlick acogió un festival “a beneficio de los niños pobres”, en el que las gradas lucieron abarrotadas. Se recitaron poesías, se cantaron canciones, sonó la orquesta y el momento culminante fue el sorteo de una cocina de juguete, donada por el establecimiento “Las Colonias”. La importante recaudación se sumó a las donaciones realizadas por cientos de familias viguesas, lo que permitió el “gran reparto de juguetes entre los niños desvalidos”, que se celebró en el edificio de la Estación Marítima al día siguiente, el mismo 6 de enero, a las tres y media de la tarde.
Para ello, la Asociación de la Prensa repartió 3.300 tarjetas, cada una de las cuales daba derecho a un regalo, que era entregado por Sus Majestades de Oriente en persona. También se les entregaba una merienda. Se formó una inmensa cola de niños pobres llegados de todos los barrios de Vigo. Las tarjetas se habían repartido entre los curas párrocos, la Casa del Pueblo, la Casa de Caridad, el Asilo de niños abandonados, algunos maestros y el Dispensario Antituberculoso. “A las tres de la tarde, una muchedumbre, compuesta especialmente de mujeres y niños, que no bajaría de seis mil personas, invadía los alrededores”. Periodistas de la Asociación de la Prensa fueron entregando los juguetes mientras la banda municipal de música interpretaba diversas piezas. Durante seis horas, hasta bien pasadas las nueve de la noche, no concluyó el reparto de casi cuatro mil juguetes. Así fue la primera Navidad viguesa en que la ciudad celebró una cabalgata de Reyes. Pronto cumplirá un siglo.