Esta fotografía está tomada tras el monte de A Guía y corresponden a un atardecer de invierno. A lo lejos y en lo alto puede observarse la silueta de la ermita con la figura del Cristo en lo alto, casi imperceptible por la distancia y confundida entre los árboles. En la parte inferior destacan las instalaciones de los astilleros y las de la antigua ETEA.
El espectacular color rojizo no es la consecuencia de ningún filtro fotográfico moderno, sino un color natural que indica, según la sabiduría popular, un día siguiente soleado que incluso alcanzará temperaturas cálidas a pesar del mes en curso, porque la ría de Vigo no necesita filtros.