Anteriormente estuvo durante más de cuatro años en la misma calle, pero en el otro extremo, próximo al Concello. Hilde vive rodeada de flores, ya lo ven; de ahí su amabilidad y su eterna sonrisa, puesto que las flores alegran y dan color a la vida. Rosas, tulipanes, pensamientos, claveles…; ella se dedica a las bodas y eventos, a los ramos, centros de flores y las cestas de desayuno (que muchas personas aún tienen que descubrir), pero su especialidad singular son los cáctus. Ella aconseja profesionalmente a los clientes, que siempre quedan satisfechos y repiten la visita, y por eso el éxito la acompaña.