Un paseo triunfal por Vigo, de pie sobre un descapotable rojo y enseñando su teta izquierda. En 1987, la actriz porno y parlamentaria italiana Ilona Staller, conocida mundialmente como Cicciolina, conmocionó a la ciudad con uno de esos momentos que sólo podrían pasar en los ya míticos años 80. Invitada para la reinauguración de la sala de fiestas y local de alterne ‘Telmo’s’, su visita colapsó las calles, reunió luego a decenas de fieles a 3.000 pesetas la entrada para ver su espectáculo y se llevó un caché de 1.200.000 pesetas, además de dejar imágenes para la historia.
Algunas de ellas las tomó el fotógrafo Víctor de las Heras (‘Vitín’), que vivió con intensidad aquellos tiempos y ha publicado el libro “Vigo, a explosión dos ‘80” (Xerais, 2011), que tendrá continuidad ahora con “Muller en loita”, de inminente aparición con la editorial Galaxia.
“Lo recuerdo como si fuese hoy”, afirma Vitín, “el día anterior, Telmo Domínguez nos explicó que iba a recoger a Cicciolina al aeropuerto y a pasearla por Vigo desnuda en un descapotable; yo estaba con el periodista Santi Villar y se nos ocurrió mejorarle la idea: ¿Por qué no contrataba también un camión con la caja descubierta para que fuésemos los fotógrafos y cámaras allí subidos inmortalizando el momento? Al día siguiente, allí estaba Telmo con toda la parafernalia”.
En cuanto Cicciolina llegó a Peinador, se organizó un gran revuelo. “¡Due metri! ¡Due metri!”, nos gritaba ella a la masa de fotógrafos para que no nos acercásemos mucho”, explica De las Heras. Luego, salió la comitiva con Telmo conduciendo y la diva en pie, enseñando los pechos. Delante, iba el camión con los reporteros gráficos y, detrás, se fue formando una caravana espontánea de coches y motos pitando, que seguían el espectáculo rumbo al centro de la ciudad. Aquel 29 de noviembre era una soleada mañana de domingo y parecía que en Vigo no hubiese nada mejor que hacer…
Miles de personas en las calles
Al llegar al hotel Bahía, donde se alojó la artista, el tumulto parecía la procesión del Cristo de la Victoria. Mientras Cicciolina se alojaba en su habitación, miles de personas se congregaban frente a la estación marítima de ría y los muelles de las Avenidas. La diva no les defraudó, porque tras una rueda de prensa, volvió a salir a pasear ante el Real Club Náutico, mostrando sus pechos, mientras vigueses de todas las edades, niños y niñas incluidos, aclamaban a la reciente protagonista de ‘Banane al cioccolato’ y ‘Telefono Rosso: Orgia Nucleare”, dos películas porno dirigidas en 1986 por Riccardo Schicchi, quien por cierto la acompañaba en Vigo, porque era también su representante.
Cicciolina fue luego agasajada con un almuerzo con periodistas y diversos personajes de la vida local. El alcalde Manoel Soto, que había sido invitado, declinó el convite. También se negó a recibirla en el ayuntamiento, pese a que ella lo reclamaba en su condición de diputada del parlamento italiano. Ya el jueves anterior, en Madrid, Illona Staller se había llevado un chasco al ser rechazada en el Congreso de los Diputados, cuyo vicepresidente, el socialista Leopoldo Torres, proclamó: “No estamos dispuestos a servir de escenario de la señora Staller ni a participar en la promoción de sus actividades artísticas”. La parlamentaria Cicciolina se mostró muy sorprendida: “Estoy recorriendo todos los parlamentos europeos sin problemas, y sólo en España me he encontrado con una barrera semejante. Sin duda sus diputados atienden más a las formas que al fondo”, dijo.
Abrazada a los leones
Finalmente, se conformó con hacerse una foto abrazada a los leones de la Carrera de San Jerónimo, lo que al día siguiente fue noticia en todo el país. Apenas hacía unos meses que Staller había logrado su escaño en el parlamento italiano con el Partido Radical, en una campaña en que defendió el pacifismo y fue muy crítica con la OTAN. Fue diputada hasta 1992 y presentó 12 proyectos de ley durante la legislatura, varios de ellos relacionados con la educación sexual en las escuelas. También volvió a ser noticia internacional cuando, en 1990, se ofreció en rueda de prensa para mantener relaciones sexuales con Sadam Hussein, a cambio de evitar la primera Guerra del Golfo.
En Vigo, comenzaba esta intensa carrera política, pero tampoco tuvo recepción en el ayuntamiento. Aunque la comida en una marisquería local fue a todo lujo. Los medios de la época recogen el menú: “Ostras de la ría, camarones, centolla, vieira, lenguado, tarta de almendras y leche frita”. Como aperitivo, para honrar a la insigne visitante, Telmo Domínguez organizó que se sirviese “una combinación de empanada gallega y pizza, en honor a la madre de la patria italiana”.
Entrevista en la TVG
Ya por la tarde, Cicciolina fue entrevistada por la Televisión de Galicia. Y volvió a ser paseada en descapotable por el centro de Vigo “con saludos al público”, decía el programa oficial, y de nuevo con un pecho al aire. Hay que recordar que en 1987 todavía se perseguía a los nudistas a paraguazos en algunas playas de las Rías Baixas. Y para las mujeres era toda una odisea hacer top-less. En más de una ocasión, Ylona Staller ha declarado que, a su manera, se considera feminista y que ella fue la pionera del movimiento Femen. Al margen de una dimensión política, aquello dejó imágenes insólitas en la ciudad.
Por la noche, en el escenario del Telmo’s, Cicciolina se entregó a su espectáculo porno. El ambiente lo describía así el periodista Fernando Ramos en su crónica en La Voz: “Hasta las chicas de alterne sacaron del armario sus mejores galas y, arregladitas como para ir de boda, revoloteaban entre armadores de abultada bolsa y señoritos de peinado relamido, dignos de una estampa de posguerra, vástagos de la sardinocracia que dilapidaban alegremente lo que queda de la fortuna familiar”.
En el sarao formidable en que se convirtió el Telmo`s, no faltaba un gran número de periodistas y fotógrafos, aunque estos últimos fueron apercibidos para que retirasen sus cámaras, con grandes voces del ‘manager’ de Cicciolina, llamado Ricardo Schichi, apellido que todas sus posibles pronunciaciones suena muy adecuado. Pero el hombre fue muy claro: si aparecía publicada posteriormente cualquier foto, habría costosísimas demandas. Y, si cualquier espectador se aproximaba a menos de dos metros de la diva, se paraba la función en la pista. Sobre el contenido del espectáculo, hemos entrevistado a varios testigos pero será mejor no entrar en detalles. Como mucho, apuntar que sería una versión del clásico número del faquir tragasables pero en una versión alternativa…
Caché y precio de la entrada
Cicciolina exigió cobrar su caché antes de comenzar el espectáculo: 1.200.000 pesetas, que serían 7.200 euros de hoy, pero que en dinero de 1987 eran una auténtica fortuna. El precio de la entrada tampoco era barato: 3.000 pesetas por barba.
Al día siguiente, la diva enfilaba hacia el aeropuerto de Peinador y dejaba Vigo entre la resaca y la conmoción. Esta misma semana, entrevistamos a Cicciolina desde su casa de Roma y afirma que todavía recuerda aquella jornada inolvidable: “Recuerdo mi visita a Vigo con gran amor”, explica Cicciolina. “Era como una diosa clásica que pasease por la ciudad”, resume el fotógrafo Víctor de las Heras, que inmortalizó aquellos momentos. Pero es que hay cosas irrepetibles que sólo podrían suceder en los años 80…
Otros artículos de Eduardo Rolland:
130 años de la calle Elduayen, la primera Travesía de Vigo
Pases pro bus: 40 años de una revolución en Vigo
La ‘Captura de Vigo’: la olvidada invasión británica
La Toma de Vigo vista desde Inglaterra
Verdades y mentiras del «Polycommander»