La estatua de Manuel Castro, en la Rúa Príncipe, de Vigo, ha sufrido otro ataque vandálico. No se comprende tanta inquina por parte de los incívicos y tanta desidia por parte de quienes tienen que vigilar las propiedades públicas y los intereses generales de la población.
¿Por qué no se utilizan adecuadamente las cámaras de vigilancia? ¿Para qué sirven tantas cámaras instaladas en diferentes puntos de la ciudad? ¿Acaso son falsas y no funcionan?
Justo encima de la estatua de Manuel Castro —de lo que queda en pie— puede observarse una cámara que teóricamente vigila el entorno, precisamente el dedo de Castro parece señalarla. Lo acontecido es algo intolerable y deben tomarse medidas para que no se repita este tipo de actos.