No es la primera vez que denunciamos las continuas averías del ascensor que conecta la Avenida das Camelias con la Rúa de Menéndez Pelayo. No se puede ofrecer un servicio público que ya se ha convertido en indispensable para la ciudadanía con la constante incertidumbre de su funcionamiento. Los vecinos sufren un grave perjuicio cada vez que se estropea, que es con mucha frecuencia. Pero esas averías y situaciones también ocurren en las escaleras de la Porta do Sol y en las rampas de la Gran Vía, entre otras instalaciones públicas.
Los equipos de mantenimiento de los ascensores y de las rampas deberían acudir con la mayor prontitud para resolver unas averías que perjudican a los usuarios, que perjudican, también, a la propia empresa que diseñó esos sistemas y que se encarga de su mantenimiento —aunque esto no perece importarles mucho—, y que perjudican la imagen de la ciudad de Vigo. El Concello debiera exigir un mantenimiento de calidad.