El peligro es inminente porque en cualquier momento alguien puede sufrir las consecuencias de un derrumbamiento. Estas escaleras de piedra están en la Rúa Romil, de Vigo, y acceden a otras metálicas que están al fondo. El estado de las segundas es claramente ruinoso y el Concello llegó a prohibir su paso con un cartel de advertencia.
Sin embargo, con el paso del tiempo, y seguramente ante la considerable ventaja de utilizar este atajo que conecta con la Avenida Hispanidade, el cartel quedó apartado a un lado (aún está a la derecha), y ahora el camino está totalmente expedito.
La estructura metálica no aguantará indefinidamente sin reforzarla adecuadamente. La disyuntiva está clara: o se coloca de nuevo un cartel de prohibición o se refuerza la estructura. De no hacerlo a tiempo luego vendrán las lamentaciones.