Sin embargo, su imagen también va acompañada de su condición carroñera. Son capaces de comérselo casi todo y su voracidad no tiene límites. Cuando están hambrientas pierden el miedo y se acercan hasta distancias intimidatorias, constituyendo, incluso, un peligro. En la fotografía, tomada en las inmediaciones de la Estación Marítima de la ciudad de Vigo, se puede observar la presencia de un grupo de estas aves a la espera de que alguien les ponga al alcance algo que les pueda servir para saciar su apetito insaciable.