(De repente, unos golpes en la puerta y alguien entra)
N3660: Ho… hola, buenos días. ¿Es aquí la sede de la Oficina de Ajustes?
N54 (con frialdad): En efecto. Usted debe ser N3660, responsable del área de Vigo. Le estaba esperando.
N3660: Ah… ¿ah, sí?
N54: Pues claro. Yo concerté esta reunión. Soy N54, de la Coordinación de Ajustes para toda Galicia. Llega cuarenta y seis segundos tarde. Pase y siéntese, por favor.
(N54 le señala con desdén la silla al otro lado de su mesa. N3660, reticente, le hace caso)
N54: Hablaré deprisa y así conseguiremos recuperar esos cuarenta y seis segundos. (Aumenta la velocidad de dicción) ¿Tiene idea de por qué le he pedido que venga?
N3660 (Hablando a la misma velocidad que antes): Bueno… Eeeeeeh… Supongo que es la tradición de todos los años por estas fechas, ¿no?
N54 (bruscamente): ¿Cómo dice? Le ruego que muestre un mínimo de respeto por esta institución, algo que no ha hecho hasta ahora.
N3660 (con pesar): Sí, si ya lo sé, lo siento. Le juro que lo intento con todas mis fuerzas, pero a veces parece que no encajo en ningún sitio. Me esfuerzo en trabajar más que nadie, se lo aseguro, en hacer los informes más completos… y aun así me siguen llamando al despacho del director…
N54: Eso parece. Ya he visto en su ficha que en su anterior destino le abrieron un expediente.
N3660: Sí. Eso fue en Riveira, las Navidades pasadas. A mí no me pareció una falta tan grave, pero mi jefe dijo que era lo peor que había visto en toda su carrera. Me… me costó bastante volver a trabajar, después de eso.
N54: Y ahora vuelve a las andadas, ¿no es así? Le repito la pregunta: ¿tiene idea de por qué le he pedido que venga?
N3660 (con aire derrotado): El informe del 2016.
N54 (cogiendo una carpeta de encima de una montaña de ellas): Exacto. El informe del 2016.
(N54 tira la carpeta al centro de la mesa. N3660 la mira fijamente, incapaz de levantar la vista de ella)
N54: Agente, esta oficina lleva siglos sirviendo al Estado, y nuestro lema siempre ha sido el mismo (señala la pared a su izquierda): «Cada cosa tiene su propio tiempo». Nuestra labor es observar lo que ocurre y registrarlo. En este edificio está archivado todo lo que ha sucedido en el universo desde el primer segundo de tiempo… Tiempo… ¿Entiende a lo que me refiero?
N3660: Si ya lo sé, pero…
N54 (levantando el dedo índice): Silencio. Ya ha dicho demasiado. Conteste sólo a lo que le pregunte.
(N54 hojea el informe con mirada desaprobadora)
N54: No sé qué esperaba con esta sarta de… ¡de inexactitudes! No hay un solo dato preciso en lo que ha escrito. ¿Es que busca una expulsión? Porque tenga claro que la Dirección ya no se contentará con un expediente: el siguiente paso es la expulsión inmediata. ¿Es eso lo que quiere?
(Silencio)
N54: Ahora sí tenía que contestar.
N3660 (saliendo de su ensimismamiento): Oh… oh, perdón… Creía que era una pregunta retórica, de ésas que se hacen por hacer, tipo «Dios mío, ¿qué he hecho yo para merecer esto?» y otras así…
N54: Agente… Estoy hablando más deprisa para compensar los cuarenta y seis segundos que usted llegó tarde. ¿De verdad cree que voy a perder el tiempo con preguntas retóricas?
N3660 (hundiendo la cabeza entre los hombros): No. No, claro.
N54: Entonces… ¿está buscando un despido? Porque su contrato es de interinidad. Hasta que la plaza de Bernardo González del Valle salga a concurso, usted es responsable para Vigo y su comarca, y la Dirección cree firmemente que desea un despido con indemnización. ¿Estoy en lo cierto?
N3660 (con un hilo de voz): No… Para nada, se lo juro… Sólo quería hacerlo bien…
N54 (levantando el tono): ¿Pero cómo hacerlo bien? ¿Cómo hacerlo bien, por el amor de Dios? ¡Si esto no hay por dónde cogerlo! Mire el primer apunte de su informe, el episodio 611436312. ¿Lo recuerda?
(A N3660 se le llena la cara con una sonrisa de oreja a oreja. A su espalda, la pantalla se ilumina y empieza a mostrar, de forma inconexa, imágenes de la Navidad en Vigo)
N3660: ¿Cómo no lo voy a recordar, si fue precioso? H45 había perdido unos zapatos carísimos, eran unos zapatos de fiesta a los que tenía mucho cariño… Era el seis de enero…
N54: El seis de enero, sí, pero ¿a qué hora? Eso no lo refleja en el informe.
N3660: Ah… no tengo ni idea… Era media tarde, en Coia.
(En la pantalla, imágenes de las calles de Coia)
N3660: H45 había quedado con su pareja, H378, y seguía pensando dónde debía haber metido esos malditos zapatos… Usted ya sabe lo que pasó porque ha leído el informe, pero ni H45 ni yo habríamos esperado algo así ni en cien mil años. H378 le había cogido los zapatos y los tenía colocados junto a la ventana, con los suyos. Dos pares de zapatos muy distintos, pero el uno al lado del otro, junto a la ventana, y enterrados bajo una montaña de regalos de Reyes. ¿No cree que es increíble?
(En la pantalla, imágenes de la Cabalgata de Reyes y de niños abriendo sus regalos)
N54: No entiendo el sentido de esa acción. ¿Robó los zapatos para exponerlos en su casa? ¿Era alguna clase de fetichismo?
N3660 (riendo): Oh, no, para nada. Significaba que quería que estuvieran siempre juntos, igual que los zapatos. Compartir una visita de los Reyes Magos, abrir los regalos juntos… A veces a los adultos se les olvida la magia de la Navidad, por eso H378 puso juntos los dos pares de zapatos… y después besó a H45 y afrontaron el nuevo año con la intención de permanecer unidos. Nunca sabes lo que va a pasar en el futuro, claro, pero ellos dos le pusieron toda la ilusión del mundo, y no hay nada más prometedor.
N54: ¿Robar zapatos y venerarlos en una especie de altar es prometedor? No entiendo sus juicios de valor. Pero aquí no estamos para eso, agente. Ésa es la única acción que refleja en su informe del día seis de enero. ¿No hubo absolutamente nada más de lo que informar en toda el área? ¿Realmente me quiere hacer creer que eso fue lo más importante del día?
N3660: Bueno… a mí me pareció muy bonito…
N54: ¿Bonito? ¡Aquí no estamos para las cosas bonitas! ¿Ve a lo que me refiero? Ni la hora, ni los hechos concretos ni nada que se pueda analizar. ¿Pero usted ha entendido cuál es su trabajo?
N3660: ¿O… observar a los humanos?
N54: ¡Exacto! ¡No juzgar lo que sea bonito! Mire lo que pasó con el incidente 889967456. Ahí empezó bien, ¡pero enseguida se le fue de las manos también!
N3660: Bueno… yo registré la muerte de P678 en agosto, justo después del Carnaval de Verano de Redondela. (Sonríe con aire bobalicón) Me acuerdo que fue entonces porque le encantaba ese Carnaval, y pudo disfrutarlo una última vez antes de irse…
(En la pantalla, imágenes del Carnaval de Verano, todo lleno de luz, gente riendo, festejando, felices)
N3660: La familia preparó el disfraz… Usted sabe cómo son esas enfermedades, P678 ya no tenía fuerzas para coser la ropa, como otros años… pero lo hicieron entre todos.
N54: ¿Y el episodio de los libros? ¿De verdad eso es lo que más le llamó la atención de esta historia?
(La pantalla se vuelve gris, mostrando viejos libros acumulados en estanterías)
N3660: Bueno… sí. Porque P678 adoraba esa biblioteca, había reunido cientos de libros a lo largo de su vida y los cuidaba como si fueran sus hijos. Cuando se fue… P814 se quedó todos los libros y lo único que se le ocurrió fue venderlos. Yo no soy nadie para opinar, desde luego, pero no tardó ni quince días. Los llevó a una librería de segunda mano y se deshizo de todos.
N54: La de P5532.
N3660: Exacto. Es una librería preciosa, en Traviesas. Tendría que verla.
(La imagen se vuelve más suave, de tonos pastel, mostrando altas estanterías llenas de libros antiguos)
N3660: P5532 lo llama «El lugar donde los libros tienen una segunda oportunidad». La gente lleva allí sus recuerdos y luego pasan a otras manos, para hacer recuerdos nuevos. Así hasta el infinito y más allá —la frase no es mía—. A veces hasta puedes sentir la magia que tienen los libros, cuando los tocas. Alguno tiene una dedicatoria de cumpleaños en la primera página, o tienen fechas muy antiguas, o a veces hasta alguna fotografía en blanco y negro. Imagínese lo que ha vivido la gente alrededor de esos libros… Podrían llenarse un millón de libros más contando la historias de los humanos que los tuvieron.
N54 (con frialdad): Pero le repito que su tarea no es contar esas historias, sino tan sólo documentarlas. Creo que usted no vale para la Oficina de Ajustes.
N3660 (presa del pánico): ¡No! ¡No! ¡Le prometo que sí que valgo! ¡Lo de los libros lo hice bien! ¡Y lo demás también! ¡Dígame algún otro evento en el que no haya actuado bien e intentaré arreglarlo, pero no me despida!
N54: No tiene sentido, agente… Usted no sirve para este trabajo.
(La pantalla arde con colores primarios, intensos fogonazos de pasión)
N3660 (en una crisis de ansiedad): ¡Por favor! ¡Por favor! ¡El resto del informe está bien, se lo aseguro!
N54 (cortando la charla): ¿También el incidente 7722356? ¿¿Ése también está bien??
(N3660 se detiene en el acto y observa a su superior con ojos desorbitados. La pantalla se apaga)
N3660: ¿Qué… qué quiere decir?
N54: ¿Ya no se acuerda? En septiembre llegó a Vigo X6740, venía desde Arequipa, en Perú, para estudiar Enfermería. Alquiló un piso en Teis y subió a La Guía, el monte donde las mujeres de los marineros encendían hogueras para que sus maridos pudieran regresar a casa. Conoce la tradición.
N3660: Sí… sí, pero no sé a dónde quiere…
N54: Pero X6740 no quería un reencuentro, sino una despedida. Enterró en La Guía su alianza, y dijo adiós a su pasado en Perú. Una vida nueva en un país nuevo. Tenía muchísimo miedo, no tenía familia y apenas amigos, pero no dejó que ese miedo acabara con sus posibilidades.
N3660 (con lágrimas en los ojos): No. Lo afrontó. Y eso que lo había pasado muy mal.
N54: La alianza representaba eso: el pasado nunca muere, pero no debe ser un ancla que nos impida avanzar, que nos niegue las posibilidades de ser otra vez felices… Tres días después, le llegó un paquete desde Perú. Tenía dentro un mantel bordado a mano y una carta. ¿Recuerda lo que ponía en la carta?
N3660: Sí… «Tu abuela guardó durante años este mantel para cuando hubiera alguna celebración especial, pero se murió sin estrenarlo. No hagas lo mismo y disfruta de la vida. Ahora vas a tener una nueva casa y una nueva vida, así que debes tener tus propias celebraciones especiales, allá lejos».
(Silencio)
N54: Usted escribió esa carta, ¿verdad?
N3660: Pe… ¿perdón?
N54: Usted ha organizado todo esto… Cuando P814 vendió todas las pertenencias de P678, usted se guardó un viejo mantel sin estrenar y se lo mandó por correo desde Perú a X6740, falsificando la letra de su madre. Y también se quedó uno de los libros que debían haber ido a parar a la librería de P5532. ¿Estoy en lo cierto?
N3660: Yo… yo…
N54: Y lo metió en una de las cajas de los regalos de Reyes que H378 tenía preparados para H45. Podría asegurar que hasta fue idea suya lo de los zapatos de fiesta.
N3660 (balbuceando): No… No, ahí no tuve nada que ver… Sólo quería que ese libro no se vendiera… Que alguien especial se quedara con él. Los humanos no entienden la magia de los objetos. Si supieran que parte de sus vidas se va quedando en las cosas que tocan, o con las que comparten sentimientos… entonces no las tirarían a la basura con tanta facilidad, no pretenderían ganar dinero.
N54: Esto es una locura. ¿Tiene algún cómplice en este plan? Sepa que nos enteraremos de todo, así que no pretenda ocultarnos la verdad.
N3660: No, no, no me ayudaba nadie… De hecho se me ocurrió sobre la marcha cuando conocí «El lugar donde los libros tienen una segunda oportunidad». P5532 se guarda algunos libros de vez en cuando, uno o dos de cada envío, los que más le gustan, o los que significaron algo en su vida, o en la vida de alguien a quien conoce. Y entonces va hasta esa persona y le regala el libro. Me pareció curioso que alguien regalara los recuerdos de otro, en vez de querer ganar dinero.
N54: Y entonces usted hizo lo mismo.
N3660: Pensé que estaría mejor en ciertas manos, y no dando vueltas por el mundo sin control.
N54: ¿Qué libro es el que se quedó?
N3660 (tras una pausa): Da igual. Eso no es importante. Era el favorito de P678, y en su último Carnaval de Verano se disfrazó del personaje principal. Hasta ese punto estaba enamorado del libro. Yo no podía dejar que se vendiera. ¿Lo entiende? ¿¿Lo entiende??
(Silencio)
N54: Mire… No hay forma de que pueda pasar por alto estas faltas. Si al menos hubiera hecho algún esfuerzo por disimular, pero su maldito informe es un ataque directo a todo lo que significa nuestro trabajo. La Dirección ha sabido de usted y quiere su cabeza.
N3660 (llorando): No… por favor…
N54: A ver, todo el mundo se salta las reglas alguna vez, pero lo que usted ha hecho va justo en contra de lo que representa esta oficina.
(N54 se gira de nuevo hacia el lema en la pared, se pone en pie y medita, con los ojos fijos)
N54 (sin mirar a su interlocutor): «Cada cosa tiene su propio tiempo»… Estoy convencido de que usted también tiene el suyo, igual que tiene un lugar al que pertenece, pero no es éste.
(Silencio, sólo interrumpido por el llanto inconsolable de N3660)
N54: ¿Sabe? Existe «otra Oficina», poca gente conoce su existencia. Si esto llegara a los medios, sería el caos. El nombre legal es Oficina de Desajustes, aunque nosotros las llamamos «Las Hadas de los Recuerdos» (y ellas nos llaman a nosotros «Los Hombres Grises», imagínese el buen ambiente que se respira en este edificio). Son agentes extraños, como usted, que se dedican más a esconder tesoros en cajas de cartón que a redactar sus medidas. Allí mandamos a los trasgos que disfrutan haciéndoles travesuras a los humanos, las hadas madrinas, el Apalpador, el Ratoncito Pérez… De hecho creo que ahora les queda una plaza de Sirena de Sálvora… Son buena gente, aunque no lo crea. Su padre dijo una vez que le gustaría haber sido un Hada de los Recuerdos, de no haber nacido militar.
N3660: ¿Mi… mi padre?
N54: ¡Pues claro! ¿Cree que no he entendido de dónde le viene a usted tanto empecinamiento por trabajar en esta Oficina? Bernardo era muy buen tipo, yo lo adoraba, pero como padre debe ser una figura difícil de igualar.
(N54 le tiende un pañuelo de papel, N3660 levanta la cara con una sonrisa llena de llanto, y la pantalla muestra el puerto de Vigo, haciendo un zoom hasta hundirse en las aguas y perder la nitidez. Todo se colorea de verde mar)
N54: Hoy mismo redactaré mi informe, con una propuesta de despido inmediato y de readmisión en la Oficina de Desajustes. Será sólo cuestión de unos días.
N3660: Pero… ¿eso es legal?
N54: ¿Quiere dejar de agobiarse? Como le he dicho, todo el mundo se salta las reglas alguna vez, si merece la pena. Seguro que allí las cosas serán mucho más fáciles para usted. Y de todas maneras seguirá estando en el grupo de WhatsApp de la oficina, y le invitaré oficialmente a la próxima cena de Navidad.
N3660: Pero… ¿los chicos aún querrán contar conmigo?
N54: Oh, vamos, nos vendrá bien tener un amigo en el bando contrario. Mire a su padre, que ha pasado siglos haciendo este trabajo y sigue en forma.
N3660: Y tanto… Los buenos nunca dejan de dar guerra… ni pierden la esperanza.
(Verde y fin)