El edificio que muestra la fotografía corresponde a la autoría del arquitecto Francisco Castro Represas. Está ubicado en la viguesa Praza de Portugal y lleva el nombre de Cesáreo González, que fue quien lo encargó en 1938. Sin embargo, Cesáreo González es un personaje que en la actualidad resulta casi desconocido para la ciudadanía viguesa.
Cesáreo González Rodríguez (Vigo 1903 – Madrid 1968), fue un famoso productor cinematográfico que llevaba la ciudad de Vigo por bandera. El sello de identidad de su productora, Suevia Films, aparecía al principio de todas sus películas con una vista de la ciudad de Vigo y su ría desde el monte de A Guía, con la bandera de Vigo ondeando al viento. Llegó a ser propietario del edificio El Moderno (diseñado por Michel Pacewicz) cuando era el Hotel Moderno, en el número 1 de la Rúa Policarpo Sanz haciendo esquina con la Rúa Carral, prácticamente en la Porta do Sol, el que se también conocía —-y sigue conociéndose—- como El Gran Hotel, inaugurado en 1953.
Su origen era humilde. Su familia era campesina y originaria de Nogueira de Ramuín (Ourense), aunque nació en la ciudad de Vigo. Cuando tenía 12 años emigró a Cuba para trabajar con un pariente en la venta ambulante. Trabajó en los oficios más humildes y llegó a ser jugador profesional de póker. Más tarde se desplazó a México para trabajar en la panadería de su tío y, anecdóticamente, terminó casándose con su prima. Acumuló una gran fortuna y en el año 1931 volvió a España, concretamente a Vigo, donde inauguró la sala de fiestas Savoy, en la Rúa Príncipe, ubicada donde actualmente está el edificio de Cortefiel y donde anteriormente estuvieron las Galerías Alfredo Romero; una sala que todavía recuerdan las personas que vivieron aquellos años.
Sus negocios resultaron muy rentables y en el terreno cinematográfico es preciso destacar que fue el productor de muchas de las películas de Berlanga y de Bardem, y que su productora de cine, Suevia Films, llegó a extenderse por Hispanoamérica e incluso Estados Unidos, englobando las principales figuras de la época: María Felix, Sara Montiel, Paquita Rico, Jorge Negrete, Fernando Rey y Vicente Parra.
Cesáreo González amaba la ciudad de Vigo y eso se puso de manifiesto en la celebración de las bodas de plata de su productora, en 1965, con numerosos actos en la ciudad y la proyección de sus películas en todos los cines, además de la presencia de las principales artistas de la época.
Pero esas no fueron sus únicas contribuciones. Cesáreo González donó una hermosa fuente luminosa que fue diseñada por los mismos ingenieros que diseñaron las fuentes de Montjuic, en Barcelona, y que fue instalada en el centro de la Praza de España, donde actualmente está la estatua de los caballos de Juan Oliveira. Muchas personas todavía recordarán aquella fuente luminosa de la que pueden encontrarse muchas imágenes en internet. Pero cuando se instaló la estatua de los caballos, en 1991, se desmontó la fuente y, de modo incomprensible, sus piezas terminaron perdiéndose.
Cesáreo González fue un gran amante de la ciudad de Vigo y llevaba con gran orgullo el ser vigués, tal como demostró sobradamente durante toda su vida. En la actualidad, su figura permanece casi en el olvido, si no fuera por una calle que le dedicó la ciudad: la Rúa Cesáreo González, que parte de la Rúa del Carmen y que desemboca en la Avenida de Castrelos.