Estas huellas son efímeras porque este cemento se cubrirá dentro de poco con el asfalto y el nuevo empedrado de la Porta do Sol, de Vigo. Son huellas de invasoras, pero no vienen del espacio. Son huellas de gaviotas, unas aves carroñeras y cada vez más agresivas en el entorno urbano, sobre todo en las poblaciones costeras. El problema que ocasionan es tan grave que es preciso seguir insistiendo en el necesario control de sus poblaciones, la de las gaviotas y la de las palomas, antes de que todo esto se convierta en un grave problema de salud pública, además de causar numerosos problemas de integridad y de seguridad.