Ya se sabe que el tiempo en esta época del año es muy inestable. El refrán lo dice claro: “Abril aguas mil”. Incluso esa papelera parece reírse de estas situaciones tan inopoertunas. La lluvia es muy necesaria, por supuesto, pero este año viene a ser la puntilla que le faltaba a la hostelería, que con las restricciones motivadas por el Covid19 tienen puestas sus esperanzas en las terrazas. La lluvia, como se ve, se lo pone más difícil, todavía.
La imagen está tomada en la Rúa do Pintor Colmeiro, de Vigo, en las proximidades de la Praza da Independencia. Y los clientes de una conocida terraza tuvieron que ponerse rápidamente a cubierto, con el inconveniente de que en el interior ya estaba completo el aforo. Pero no ha sido un hecho aislado. El caso de esta terraza se ha repetido en muchas otras. Como decimos, otra desgracia para la hostería, por ya si fueran pocas.