La ETEA era la Escuela de Transmisiones y Electromecánicos de la Armada. Sus instalaciones siempre fueron un conjunto impecable donde se formaron numerosas promociones que luego, en la vida civil, siguieron ejerciendo los conocimientos adquiridos. Los profesionales formados en la ETEA siempre han sido muy valorados.
Las instalaciones abarcaban las zonas deportivas, incluyendo gimnasio y una piscina cubierta, con laboratorios y talleres muy bien dotados, además de aulas, dormitorios y patios. Sin embargo, en el mes de febrero de 2009, el Gobierno aprobó el traspaso de las instalaciones a la Xunta de Galicia y al Concello de Vigo, en principio, para el proyecto Cidade do Mar, del que, por cierto, ya nadie habla.
Desde esa fecha —ha pasado más de una década—, la ETEA es motivo de enconada lucha y palabrería política. Todos son proyectos, pero pocas realidades; se habló de la universidad, de un centro de investigación marina, y de muchas cosas más. Sin embargo, así las cosas, todo va desmoronándose y perdiendo el brillo de antaño. Mientras tanto, los vecinos disfrutan de su entorno en la medida de lo posible, pero el compás de espera está resultando interminable.
Nadie dice nada. Los políticos tampoco responden del derroche que constituye la pérdida de los equipos e las instalaciones que, sin duda, la Armada dejó impecables en el día de su marcha. Esta realidad de la que hablamos, por desgracia, es auténtica. Es la realidad que puede observarse en este conjunto de fotografías que son elocuentes por sí mismas.