Las vallas de publicidad política de las pasadas elecciones gallegas de 2024 han quedado en pie como restos de una batalla, con los carteles de los vencedores y los vencidos, aunque en política casi nunca existe la humildad y sinceridad suficientes para reconocer la derrota. Precisamente, esa falta de visión de la realidad es uno de los motivos que más favorecen la pérdida de votos. Ahora esas vallas son simples recuerdos y los votantes pasan ante ellas sin prestarles ninguna atención, simplemente preguntándose hasta cuándo estarán en pie.